Este coche representa la filosofía de ir más allá de lo establecido, romper con los esquemas y ofrecer algo nuevo. De la “reinterpretación del coupé” ha salido esta estilizada berlina, a caballo entre la Serie 5 y la Serie 7, quedando como un interesantísimo término medio, por llamarlo de alguna forma.
Es la primera vez que BMW hace un coche de este estilo. No es exactamente un coupé, ni exactamente una berlina. Su objetivo es ser deportivo, lujoso y distinguido a la vez. Lo hemos probado recientemente con las dos motorizaciones disponibles, 640i y 640d, a falta del próximo 650i (otoño).
BMW vende deportividad, es una de sus señas. En esta ocasión han ido a rebufo de Audi, Porsche y Mercedes-Benz, que ya tienen coches de este planteamiento hace unos años. El conseguir un producto a la altura y que ofrezca algo novedoso es un desafío a la altura de esta marca. La pregunta es ¿lo han conseguido?